NAIZEN, Familias que abrazan la diversidad
En 2015 nació Naizen, la Asociación de Familias de Menores Transexuales de Euskadi y Navarra, impulsada por un objetivo claro: crear una red de apoyo entre familias, visibilizar la realidad de la infancia y adolescencia trans y luchar por sus derechos y dignidad. Desde entonces, Naizen se ha convertido en un refugio de acompañamiento, conocimiento y esperanza para quienes transitan este camino.

Cuando una familia empieza a sospechar que su hijo o hija podría ser una persona transexual, los primeros pasos pueden ser abrumadores. Cada historia es única: no es lo mismo atender a un niño de tres años que comienza a mostrar señales, que a un adolescente que expresa de manera explícita su identidad. En Naizen recomiendan escuchar de manera activa, atender a las necesidades inmediatas de cada persona y no apresurarse a etiquetar. “Cada persona es un mundo”, subrayan, y por eso el acompañamiento debe ser flexible, respetuoso y adaptado.
En esos primeros momentos de desconcierto, contar con el respaldo de otras familias que han pasado por la misma experiencia se vuelve fundamental. Uno de los apoyos más valiosos que ofrece Naizen es precisamente ese: la posibilidad de encontrarse con otras familias, compartir miedos, dudas y descubrimientos, y sentir que no se está solo. Esta red no solo ayuda a los padres y madres, sino que también resulta vital para niños, niñas y adolescentes que, al conocer a otras personas como ellos, fortalecen su autoestima y sentido de pertenencia.
El entorno educativo también juega un papel crucial. Que docentes y profesionales estén sensibilizados y formados en diversidad de género puede marcar una diferencia enorme. Reconocer señales, facilitar espacios de expresión seguros, y adaptar materiales educativos para reflejar todas las realidades, son pasos imprescindibles para el bienestar de las infancias trans. Desde Naizen insisten en que la respuesta del entorno escolar a las primeras manifestaciones de identidad influye directamente en el bienestar emocional de los menores.

Sin embargo, incluso en los hogares más amorosos, pueden cometerse errores. Uno de los más comunes es la negación inconsciente: ese “tú serás lo que quieras ser” que, sin querer, pospone la atención inmediata que la niña o el niño necesita. Otro error frecuente es “esperar” con la idea de que el tiempo aclarará las cosas. Desde Naizen advierten que esa espera, lejos de ser neutral, puede generar dolor, invisibilización y sufrimiento. Atender y acompañar desde el primer momento es crucial.
Los procesos de transición son tan diversos como las propias personas. Algunos menores expresan su identidad desde que empiezan a hablar, otros lo hacen en la adolescencia o incluso en la edad adulta. Hay quienes lo manifiestan con claridad y quienes lo transmiten a través de estereotipos de género o, en ocasiones, mediante síntomas de sufrimiento emocional. Lo que sí ha demostrado la experiencia es que los tránsitos acompañados en edades tempranas suelen asociarse a mayores índices de bienestar. En cambio, las transiciones tras la pubertad, aunque absolutamente válidas, pueden enfrentar más complicaciones emocionales y sociales.
Naizen también atiende a menores con identidades no binarias, sin hacer distinciones. La clave de su acompañamiento es escuchar y atender las necesidades específicas de cada persona, más allá de etiquetas o categorías. Lo importante no es cómo se identifiquen, sino qué necesitan para estar bien y vivir en plenitud.

A lo largo de estos años, el panorama social ha cambiado notablemente. Si en un primer momento la realidad trans infantil era casi inimaginable, poco a poco fue ganando visibilidad y aceptación. Sin embargo, en tiempos recientes, la asociación ha detectado un preocupante retroceso: un aumento de los discursos de odio, del bullying y de la inseguridad que lleva a muchas personas trans a ocultar su identidad. A pesar de los avances legislativos, como la aprobación de leyes de igualdad, todavía queda mucho por hacer, especialmente en la implementación efectiva de estas leyes y en la necesaria pedagogía social para desmontar los bulos y los prejuicios que aún persisten.
Más allá de la infancia y la adolescencia, las personas adultas trans cuentan en Euskadi con recursos como el servicio Berdindu, donde pueden recibir atención, información y acompañamiento especializado. Mientras tanto, Naizen sigue centrando su labor en la familia, en la infancia y en crear espacios de apoyo entre iguales, convencidos de que nadie debería recorrer este camino en soledad.
Para aquellas familias que hoy se enfrentan a las primeras dudas, Naizen envía un mensaje lleno de calidez: “No es para tanto”. Lo que inicialmente puede parecer un gran drama, con el paso del tiempo se revela como un camino enriquecedor, lleno de descubrimientos y amor. Recomiendan no adelantarse a los miedos, vivir el proceso paso a paso, y, sobre todo, disfrutar del crecimiento y la autenticidad de sus hijos e hijas.
En definitiva, Naizen no solo acompaña transiciones de género, acompaña procesos de vida. Trabaja para que cada menor trans pueda crecer con la certeza de que su identidad es válida, su voz importa, y su futuro está lleno de posibilidades.