Quién más quién menos, todos conocen el balcón de la lola. para muchos, el local donde alargar la noche con la BUENA música de djs residenetes y visitantes, en un ambiente tolerante y divertido, pero seguro que no todos conocen a fondo este mítico local de la noche lgtb.

Lo primero que te puede llamar la atención cuando conoces este local Bilbaino que abrió sus puertas hace ya 24 años, es su nombre (difícil a veces de recordar para los visitantes).

Tal y como nos cuenta uno de los fundadores, en la época de “La Palanca” (local de la calle Cortes que debido a su fama en los 80 dio nombre a todo un barrio), “cuando se follaba más también los maricones hacían la calle, obvio. Había mucho marinero con ganitas, y el ligoteo era en el balcón de la Lola, que eran los jardines que antes había frente a la torre de Bailén número 1, frente a la estación de tren de La Naja”, solo a unos metros de donde se situó la discoteca. “Se zorreaba en el balcón de la Lola y en el paseo marítimo que estaba donde ahora está la sede de Podemos la morada”, añade. “Son unas galerías que van desde el balcón de la Lola hasta enfrente del High. Un sitio precioso que ahora está cerrado a público, ¡una pena!.

Pero lo que más nos interesa es el presente (y el futuro) de La Lola (como la llaman los autóctonos para acortar). “Aquí puedes vivir experiencias diferentes depende del día, de la hora, del momento del año. Una de las cosas maravillosas que tiene la Lola es que cambia todo el tiempo. Una cuadrilla de amigas te da la vuelta a la noche. Como una vez que se lleno de “swingers” y se revolucionó el local”, nos cuentan los encargados, pero siempre “siendo un espacio seguro, divertido, familiar y libre para la comunidad LGTBIQ”.

Algo que llama la atención al entrar es su decoración sobria, “negro, crudo, sin florituras. Mucho metal por las paredes y buen sonido. Un garito underground bajo tierra” lo definen ellos.

Desde luego, se trata de un local que no sigue los estándares, y que no pierde su identidad a pesar de los cambios en el sector servicios de Bilbao, “no somos el Bilbao de postal. Somos el Bilbao canalla. Nuestro reto es seguir siéndolo”, y esa seña de identidad junto con una programación musical única y variada hacen que semana a semana llenen el local, “la gente viene a la Lola porque mantenemos una linea programática reconocible pero que se va actualizando. Trabajamos con gente de aqui, de preferiblemente del colectivo”.

En definitiva, un local donde puedes encontrar de todo, “somos la discoteca de referencia, por no decir la única, en todo el norte del Estado. Aquí viene de todo. La Lola es totalmente intergeneracional, diversa y abierta. Mayoritariamente se ha conocido por ser muy de ´ambiente gay´ pero la verdad es que siempre han venido muchas lesbianas, muchas personas trans y mucho bisesexual. Flipas la cantidad de parejitas heteros que viene en busca de aventuras”. nos dicen desde detrás de la barra los que todo lo ven cada noche.

Y aunque cualquier fin de semana es bueno para ir, “nuestros sábados, cada fin de semana son miticos. La Lola es de las pocas salas que no tiene vacaciones”, cabe destacar la semana de la Aste Nagusia de Bilbao, “abrimos casi todos los días”.

En cuanto al futuro de La Lola nos recalcan que tienen “presente. Mucho presente”, pero tienen claro que la sombra de la llegada del TAV se cierne sobre el local, que se prevee que desaparezca cuando comiencen las obras, “pues La Lola cerrará (por todo lo alto, eso sí). Nada es para siempre. Esperamos que el Ayuntamiento le ponga nuestro nombre a alguna plaza donde pueda ir la gente a bailar”.